Durante la reunión anual y el simposio científico del Institute for the Advancement of Food and Nutrition Sciences (IAFNS) de este 2022, la doctora Felicia Wu, una distinguida profesora de Seguridad Alimentaria, Toxicología y Evaluación de Riesgos en la Universidad de Michigan; habló sobre su estudio publicado recientemente sobre el aumento de la prevalencia de aflatoxina en el maíz de EE. UU. debido a los efectos del cambio climático.
La aflatoxina es un tipo de micotoxina producida por el hongo Aspergillus flavus, prospera y produce aflatoxina en climas cálidos y secos.
El efecto se observa en regiones de climas cálidos como África, el Sudeste asiático, América Central y el sur de los EE. UU.; sin embargo, con el cambio climático se puede extender a otras zonas no consideradas anteriormente
Es un riesgo para la salud pública debido a su asociación con el cáncer de hígado, ya que es el carcinógeno potente y natural.
De acuerdo con la Dra. Wu, hay aproximadamente 100.000 casos de cáncer de hígado son causados por aflatoxina por año, y la aflatoxicosis aguda puede ocurrir en dosis altas, que tiene una tasa de mortalidad del 40 por ciento.
Además, la aflatoxina puede causar problemas en el desarrollo infantil y disfunción del sistema inmunitario.
Sin embargo, advierte que los efectos del cambio climático a corto plazo crean incertidumbre sobre el nivel de riesgo que las aflatoxinas representarán para la seguridad alimentaria de los EE. UU. en el futuro.
La Dra. Wu continuó describiendo cómo A. flavus infecta el maíz y produce aflatoxina, primero, en la fase de crecimiento del maíz, después se presenta en el ciclo de crecimiento del maíz, cuando los granos se llenan de almidón
El A. flavus puede prosperar y producir grandes cantidades de aflatoxina en un grano lleno de almidón.
El estudio de la Dra. Wu y su equipo proyectaron que la aflatoxina supondrá un mayor riesgo para la inocuidad de los alimentos para el maíz estadounidense entre 2031 y 2040. “Como anécdota, ya hemos visto que tres los veranos secos en el medio oeste (2005, 2006 y 2012) provocaron que las aflatoxinas se propagaran al cinturón de maíz”, agregó.
A. flavus prospera a temperaturas de 32 a 38 grados Celsius y se ve obstaculizada por la humedad.
Además de adherirse a las buenas prácticas agrícolas (BPA), como la siembra y el riego adecuados, los procesos posteriores a la cosecha mejorados pueden ser útiles.
Mantener los alimentos lo más fresco y seco posible, y no almacenar los cultivos durante períodos de tiempo demasiado prolongados, son algunas sugerencias para reducir el riesgo.
Es un momento para revisar las condiciones de los cultivos y reducir las posibilidades del desarrollo y propagación de A. flavus.
Es importante por inocuidad minimizar la presencia de la aflatoxina, así como utilizar otros métodos químicos como la nixtamalización del maíz que reduce la presencia de la aflatoxina en los productos del maíz como en las tortillas.
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